Cuesta creer que un equipo con cuatro defensores y un solo delantero natural pueda sufrir tanto atrás y crear tanto arriba. Así es como se comportó Atlético la mayoría de los cinco partidos que jugó hasta ahora en la temporada. El ejemplo explica que el fútbol no sólo se resume en números.
El primer tiempo ante Gimnasia de Mendoza, el segundo ante Central Córdoba y los partidos ante Villa Dálmine y Atlético Paraná estuvieron plagados de situaciones de gol a favor de Atlético y de sus rivales. Las chances, incluso, se repartieron equitativamente para mostrar que el desequilibrio es en ambos sectores.
“Atlético va a buscar todos los partidos y a veces la respuesta del adversario se nota más”, explicó después del partido en Entre Ríos Juan Manuel Azconzábal, que prefiere no utilizar el término “desequilibrado”, pero que sabe que hay un pequeño desfasaje entre lo que propone y recibe.
“Si nosotros concretamos las situaciones que generamos o al menos finalizamos las jugadas, el partido no se hace de ida y vuelta”, agregó el entrenador.
Esas oportunidades las genera a partir de las subidas de Nicolás Romat y Fernando Evangelista (las mismas subidas que lo complican atrás) lo que puedan aportar Emanuel Molina, Guillermo Acosta y Leandro González desde el mediocampo y con Cristian Menéndez moviéndose por todo el frente ataque.
No por nada, de los equipos que hoy componen el triunvirato de la punta (Los Andes, Gimnasia de Jujuy y el “decano”), Atlético es el conjunto que más goles tiene a favor (siete) y en contra (cuatro).
El partido contra Ferro parece ser una isla: sin dudas, fue el más aburrido que protagonizó el equipo y hacen dudar de su condición de “ida y vuelta”, pero hasta aquí es la excepción.
El de Villa Dálmine, el ejemplo perfecto de lo opuesto: el ping pong virtual de situaciones de ese partido podría haber dado tranquilamente 10 a 10. ¿Es a lo que apuesta Atlético realmente?
“Más allá de que el partido sea ida y vuelta, nosotros tratamos de tener el control de la pelota el mayor tiempo posible”, agrega Molina, que no contesta la pregunta pero da la pauta de que más que de ida y vuelta, el “decano” quiere ser un equipo con la pelota de su lado.